A partir de éste cuento, que nos lleva a reflexionar acerca de los problemas que nos surgen en la vida y de las diferentes formas que tenemos de afrontarlos, queremos introducir una enfermedad tan actual y común, como es la depresión.

El síntoma básico de la depresión es la tristeza aunque a veces se camufla de irritabilidad. En los casos más graves los pacientes aseguran no sentirse tristes, es más se ven incapaces de sentir nada, una paciente me aseguraba “siento como si ya no tuviera lágrimas, creo que las lloré todas”.

Otro síntoma es la anhedonia que es la incapacidad de disfrutar con actividades y situaciones con las que antes si disfrutaba.

La apatía produce retardo psicomotor que se manifiesta en el enlentecimiento del habla, el gesto y el movimiento.

Aparece una importante disminución de las capacidades cognitivas: memoria, concentración, atención...

Como síntomas físicos aparecen: pérdida de apetito, vértigos, dolores, náuseas, vómitos, disminución de la actividad y deseo sexual, etc.

Todos estos síntomas contribuyen a un deterioro de sus relaciones interpersonales, los pacientes se aislan y el mundo les aisla a ellos.